Como cúlmine del proceso de «chilenización» del cobre que se venía desarrollando desde el gobierno de Frei Montalva y en coherencia con las promesas de las candidaturas de Tomic y Allende, por unanimidad y con muy pocas modificaciones, el Congreso chileno nacionalizó totalmente la gran minería del cobre mediante una reforma constitucional (Ley N°17.450) .