Las movilizaciones que exigen el cambio de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), heredada de la Dictadura, se inician cuando los alumnos del Liceo A-45 de Lota realizan una toma porque se les llueven las salas. A fin de ese mes la mitad de los colegios y liceos del país están paralizados y el ministro de Educación, Martín Zilic, es forzado a renunciar. La Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) logra apoyo transversal y las movilizaciones continúan todo ese año. El 6 de diciembre, la ACES se retira del Consejo Asesor organizado por el Gobierno para llegar a acuerdos. Tres años después la LOCE sería reemplazada por la Ley General de Educación (LGE).